Las vacaciones de los españoles; otra de estereotipos y tópicos
Cómo os habréis dado cuenta, ha llegado el verano. Al menos a España. Y es que después de un par de semanas inestables ya estamos rozando los 35 grados a las 10 de la mañana.
¡Qué agobio! Diréis muchos. Pues la verdad es que sí jajajaja. Y porque no hablamos de Benidorm. Estuve allí este fin de semana celebrando mi despedida de soltero y aunque todavía no han llegado los dos meses fuertes de verano y turismo, Benidorm es ya una auténtica locura.
Pero bueno, vamos a lo que vamos. ¿Cómo son las vacaciones de los españoles? Pues la verdad es que todo ha cambiado mucho en las dos últimas décadas. Cuando yo era pequeño lo habitual era irse casi todo el verano a las casa del pueblo de tus abuelos y luego un par de semanas a la playa con papá y mamá.
Eso era antes. Porque ahora, la mayoría de abuelos ya no tienen casa del pueblo y los padres casi que tienen que vivir con los abuelos y los abuelos sustentar a los nietos con su pensión. Lo llaman progreso. Y antes, también, cuando ibas a casa de tus abuelos pasabas el verano con un buen puñado de primos. Eso era cuando cada familia tenía tres hijos mínimo. Ahora uno y si el tiempo y tu jefe lo permiten.
En fin, volvamos al tema que al final me meto en camisas de once varas. ¿Qué hacemos los españoles en verano? Pues entiendo que cómo la inmensa mayoría intentar descansar un poco y buscar refugio del calor ya sea en la playita o en la piscina. Pero claro, en la playa hay un sitio muy especial que nos encanta a los españoles…

¡El chiringuito!
Y muchos os preguntaréis… ¿Qué es el chiringuito? Pues muy fácil. Bares en la propia arena de la playa en los que los españoles refrescamos el gaznate con cerveza bien fresquita, sangría, tinto de verano y generalmente comida típica de la localidad. Que generalmente suele ser rica en pescados de todo tipo y en Valencia buenas Paellas.
¿Y por qué nos gusta tanto el chiringuito? Porque no hay nada mejor que relajarse con la brisa del mar, los colegas y familias compartiendo charla y bebidas. Así somos los españoles. De beber, buen comer y comaprtir momentos. Si nos aislas, nos matas. Así de simple.
¿Y son todos los chiringuitos iguales? No tiene porqué. Los hay de todo tipo. Más familiares, más rollito «chill out´´, y por supuesto, los cutres de toda la vida. Los que me encantan a mí. Generalmente todos suelen tener música y suelen estar hasta arriba, pero aún así, si venís de vacaciones a España lo recomiendo 100%. Es más, en Málaga, hay chiringuitos que molan bastante ya que el pescaito frito típico de allí es el espeto y los chiriguintos suelen tener barquitas reconvertidas en barbacoa/parrilla en los que asan los espetos delante tuya. Una maravilla.

Y es que esto es España. Sol, playa, buena comida, cerveza fresquita y chiringuito… O al menos para eso ha quedado España. Que no está mal del todo. Otros están peor.
A ese tiempo infame lo llaman Siglo de Oro. Mas lo cierto es que, quienes lo vivimos, oro vimos poco, y plata la justa. Sacrificios estériles gloriosas derrotas, corrupción, picaresca, miseria y poca vergüenza, de eso sí que tuvimos a espuertas. Lo que pasa es que luego uno va y mira un cuadro de Diego Velázquez, oye unos versos de Lope o Calderón, lee un soneto de don Francisco de Quevedo, y se dice, que tal vez mereció la pena.